La misma predomina en muchas de
nuestras defensas y en rasgos de carácter.
Es considerado una de las emociones humanas
más destructiva, cuenta con el poder de convencernos de que esa pequeña voz en
nuestra cabeza es exacta después de todo. Me refiero a esa que te dice “¿Quién
te amará?”
Por lo que es importante aprender maneras de
combatir con la vergüenza y levantar barreras saludables que estén en su
contra.
También, existe mucha confusión sobre el
presente tema. Resulta que una vida llena de vergüenza por tus fallas y errores
podría considerarse como una pérdida de vida.
Por otro lado, todos sienten desagrado hacia
los psicópatas que cometen un crimen y no sienten vergüenza.
Entonces, ¿es obligatoria la vergüenza?
Realmente, deseamos saber cómo puede ser bueno y malo.
Conoce dos tipos de vergüenza
El tipo que estás experimentando cuando
accionas incorrectamente hace una concluyente diferencia en la manera cómo te
sientes y actúas en el futuro:
ü Vergüenza reintegrativa
Quiere decir, sientes vergüenza de lo que
has hecho. Y has comprendido que ello lastimó a otras personas de formas
específicas y estás buscando maneras de mejorar las cosas.
Por lo general, has comprendido que estuvo muy
mal lo que hiciste, y estás consciente que puedes hacerlo mejor en la siguiente
oportunidad.
Implica hacer sentir vergüenza a alguien por
reírse a carcajadas o por su contextura, para degradar a un compañero que se ha
equivocado.
ü Vergüenza estigmática
En cambio, este tipo muestra que te
avergüenzas de ti mismo. De hecho, notas que lastimas a otros por tu forma de
actuar, y piensas que se debe, a que eres una persona dañada e hiriente.
En el momento que sientes culpabilidad, la
única forma de conseguir mejoría en las cosas es transformarte en alguien
distinto, sabemos que parece imposible.
Por
ejemplo:
Imaginemos que has sido infiel a tu pareja.
Reconoces que estuviste mal y por ello, decides admitirlo y enfrentar las consecuencias.
Si tu pareja determina que jamás podrá confiar en tu persona, es catalogado
como una vergüenza estigmática.
De pronto, han juzgado que en el pasado no se
pudo confiar en ti, actualmente no se puede confiar en ti y permanecerás en
dicha postura de no confiable por el resto de tu vida.
¿Alguna
vez experimentaste avergonzar a otra persona?
Cambiando la escena, si tu pareja hace saber
cuánto la has dañado pero se encuentra preparada para creer que tu infidelidad
fue una experiencia única, es catalogado una vergüenza reintegrativa.
No quiere decir que tu pareja no esté
lastimada o irritada, pero la dificultad es la infidelidad, no tú. Si logras
demostrar que has dejado atrás la infidelidad, tu relación aún puede triunfar.
La presente experiencia de vergüenza no necesariamente tiene que
ser entre dos personas. Incluso, si nadie más está enterado de lo que hiciste,
sentirás vergüenza de tus acciones o estarás avergonzado de ti mismo.
Dato importante: sentirse avergonzado de nuestro comportar da oportunidades de perdonarse a sí mismo, aprender de errores y avanzar
De forma personal, sentir vergüenza de nosotros mismos quiere
decir que te despiertas cada mañana sabiendo que no eres la persona que deseas
ser. Negativamente, puede conducir a aislamiento social, dificultades de salud
mental, o presentaciones de identidad falsa hacia el exterior con la esperanza de
agradar a otras personas.
La vergüenza
reintegrativa es indispensable. Tú y demás personas, deben tener presente
un sentido de la misma cuando saben que han cometido un error deliberadamente.
Y ser capaces de responsabilizarse de su
actuación, entendiendo que han herido a las personas. Finalmente, prepararse para
hacer mejor las cosas y seguir adelante.
La vergüenza
estigmática te etiquetará como una mala persona, y tenderá a dañar tus
relaciones, disminuyendo también tu habilidad de desarrollo.
Recuerda, Sentir vergüenza de lo que has hecho y estar avergonzado de quién eres parece significar lo mismo,pero la influencia de cada uno en tu futuro es profundamente distinta
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